Me apasiona leer y aprender sobre Inteligencia Artificial. No soy programador avanzado así que me pierdo en los detalles tecnológicos específicos. Pero me gusta leer sobre los desarrollos que se están produciendo estos años, así como las discusiones filosóficas que plantea. Porque, no tengo dudas, será el punto de inflexión más importante de la historia humana. La singularidad tecnológica.
¿La singularidad tecnológica?
Así es como se le llama a ese momento histórico en el que logremos hacer que la inteligencia humana sea superada por la Inteligencia Artificial (IA). A partir de ahí la evolución humana, tanto social como biológica, será literalmente inimaginable, imposible de comprender por cualquier humano.
En el momento en el que logremos crear una mínima inteligencia capaz de mejorarse a sí misma recursivamente, será sólo cuestión de tiempo que nos sobrepase. Los más optimistas creen que lograremos fusionar esa tecnología con nuestra inteligencia. Los más pesimistas creen que la IA creerá que va mejor por libre. En el peor de los casos, incluso puede pensar que somos un estorbo…

Menos mal que aún queda mucho para que empecemos a usar IA, ¿no? Mmmmm la verdad es que no, de hecho ya llevamos varios años utilizando un tipo de IA en pañales. No se parece aún a las que aparecen en las películas, ni de lejos. Ni tiene pinta de que vayan a provocar singularidad alguna. Aún así, estamos dando pasos muy importantes que podrían indicar que una máquina pensante autónoma está a la vuelta de la esquina.
El estado actual de la Inteligencia Artificial
Para entender mejor en qué punto nos encontramos creo que es mejor hablar un poco de lo que se entiende por IA. Ahora mismo es un término confuso para el gran público. Las pelis hablan de un tipo de IA, los vendedores presumen de que su nuevo producto usa IA, Google y Microsoft te hablan de cómo usan IA para tal o cual aplicación… parece que todo es lo mismo, pero no.
Tampoco es que los expertos se pongan de acuerdo en una definición concreta, la verdad. Pero sí podemos encontrarnos aproximaciones válidas para todo el mundo. Por ejemplo, la Comisión Europea define la Inteligencia Artificial como un sistema que pueda, de manera autónoma, percibir el entorno, razonar sobre ello, aprender cosas nuevas y resolver problemas. A mi me parece una definición bastante correcta.
Aunque, para empezar con lo más básico: deja de pensar en robots como en las películas. Un robot es sólo un contenedor para la IA. Pero la máquina donde va la IA no siempre tiene forma de cuerpo robótico. Por ejemplo, podemos considerar que Siri es una IA, pero está metida en tu móvil. También los coches que conducen solos. No necesita un cuerpo de robot para funcionar. Basta cualquier máquina de cualquier tipo que pueda hacer funcionar el programa.

También parece que nos hemos puesto un poco de acuerdo en que hay dos tipos de IA a los que nos referimos hoy día:
Inteligencia Artificial fuerte, o IA general: nos referimos habitualmente a una máquina capaz de pensar, al menos, como un humano. Es decir, una máquina que pueda percibir el entorno, razonar sobre ello, aprender cosas nuevas y resolver problemas. Es el objetivo final a conseguir, la inteligencia que se ve en las películas: Samantha (Her), Wall-e, Hal-9000 (2001, odisea del espacio), T-800 (Terminator), Nº 5 (Cortocircuito), etc…
Inteligencia Artificial débil: no alcanza el razonamiento general, pero es capaz de simular el razonamiento humano en un área específica. Y solo en ese área. Por ejemplo, jugar al ajedrez. Podemos hacer que gane a cualquier ser humano jugando al ajedrez, pero no podríamos exigirle nada más.
Esta IA débil es la única que podemos utilizar hoy por mucho que las empresas quieran venderte la moto. Los avances que anuncian, aunque algunos son impresionantes, son casi siempre avances en la potencia de cálculo de esos problemas, es decir, se le pueden meter más datos y que los procesen más rápidamente. Pero siempre una tarea cada vez. Podemos proporcionarles más jugadas, hacer que procese esas jugadas más rápidamente para decidirse por la jugada que toca y así poder vencer a cualquier humano al ajedrez. Pero solo una tarea por cada IA.
Por si te interesa, hay dos maneras en las que estas IA débiles pueden aprender los datos. Pongamos, por ejemplo, que queremos que una IA reconozca si en una serie de fotos hay un león.
Machine Learning o aprendizaje automático: le decimos a la IA cuáles son las características de un león: la forma, el color, los detalles, el lugar donde suelen encontrarse… cuando le proporcionemos las fotos a la IA, ésta será capaz de descubrir dónde aparecen esas características y determinar que hay una alta probabilidad de que lo que aparece en la foto es un león.
Deep Learning o aprendizaje profundo: en este caso no le pasamos las características del león, sino que le mostramos un montón de fotos de leones. A veces podemos decirle nosotros si en esa foto aparece un león, otras dejamos que sea ella sola la que descubra lo que tienen en común. Al final, la IA descubrirá que en todas esas fotos hay unas características en común. Luego será capaz de descubrir si hay o no un león con esas características aprendidas en nuevas fotos que les vayamos dando.

Aplicaciones prácticas que ya hay en el presente
Si obviamos la tecnología militar, la espacial y las ciencias avanzadas más punteras, nuestra vida cotidiana actual está ya llena de IA débil. Algunas aprenden con datos que les proporcionamos, pero otras son ellas mismas las que observan y deciden qué hacer por su cuenta en cada tarea encomendada. Pero en ninguno de esos casos puede la máquina decidir si lo que hace tiene algún sentido, ni aplicarlo a otra tarea o simplemente saber que ha acertado en lo que se le preguntaba. Sólo da como solución a su tarea la respuesta que cree más probable.
Estos son algunas de los campos en los que hoy día se usa la IA casi sin que nos demos cuenta:
Salud: las IA son muy buenas reconociendo patrones. Pueden, por ejemplo, detectar sustancias en nuestros análisis que de otra manera pasarían desapercibidas o que tomarían mucho tiempo descubrir. O detectar esa pequeña mancha que no debería estar ahí en una radiografía. O comprobar los síntomas de un enfermo y proporcionar un diagnóstico probable. Y los casos de éxito son abrumadores, son capaces de acertar en todas estas aplicaciones en más de un 95% de los casos que estudia. ¿Te imaginas un día en el que la IA sea capaz de curar cualquier enfermedad? ¿De eliminar o, al menos, ralentizar el envejecimiento?
Vehículos autónomos: esta suele ser una de las aplicaciones más llamativas. Los más famosos son los automóviles eléctricos de Tesla y las pruebas privadas que muestra el sistema de Google. Un coche capaz de conducir sólo, llevarte a tu destino con seguridad y capaz de reaccionar a los accidentes en milésimas de segundos. Se ha demostrado que son muchísimo más eficaces que los humanos al reaccionar frente accidentes o situaciones imprevistas. Aunque aún queda mucho por perfeccionar para que se popularice su uso a gran escala. Hay que tener en cuenta que estos vehículos pueden ocasionar heridos o muertos si no están programados a la perfección. Y hoy día aún hay situaciones que les resultan complicadas de resolver.
Hay una cuestión ética que aún no se ha terminado de resolver del todo que sirve para los vehículos autónomos y cualquier otra máquina que juegue con las vidas humanas. En caso de accidente donde estén involucrado otros vehículos o peatones, a quién debe salvar la IA de forma prioritaria ¿al dueño del vehículo o al que está fuera de él? No es una cuestión menor, porque si le damos prioridad al peatón a lo mejor no me interesa comprar un coche que preferirá que yo muera…
Restauración de películas y audios: ahora mismo se está aplicando la IA en procesos de restauración de películas muy antiguas y deterioradas. Y no sólo eso, están dándole más resolución e incluso color realista. ¿La forma de hacerlo? Las IA reconstruyen literalmente de la nada los trozos que faltan, otorga el color que cree más probable de cada cosa y, cuando se trata de dar más calidad, simplemente rellenan los huecos con cómo creen que debería ser.
Fakes: es el lado perverso del punto anterior. Ahora mismo se le puede cambiar la cara a un actor y poner la de cualquier otra persona a un video. Y hacerle que diga cualquier cosa simulando su voz. Hay miles de ejemplo por Youtube o Twitter. De momento sólo se está usando como demostración de las capacidades técnicas. Pero pronto podrá verse que se usa para el mal. Imagina hacer un video en el que puedas ver perfectamente como el líder del partido de la oposición hace el mayor crimen que se te ocurra mientras comenta que se lo haría a todos sus votantes si pudiera… Por supuesto, ya se ha usado para porno. Y se pueden encontrar ya decenas de vídeos explícitos protagonizados por las actrices más populares del cine.
Seguridad: como ya sabes, las IA son buenas reconociendo patrones por lo que le resulta extremadamente fácil reconocer caras. El reconocimiento facial ya está implantado en muchos sistemas de seguridad. Incluso los smartphones lo usan como sistema de desbloqueo del móvil. Y si lo has probado habrás visto que es inmediato. Es útil como contraseña. Te colocas frente a tu PC, tu vehículo, la puerta de tu casa… y sabe perfectamente que eres tú sin necesidad de llaves ni claves que recordar. Y quieren implantarlo cada vez más en más lugares. Otro de los sistemas de seguridad que emplean IA es el reconocimiento de patrones delictivos. Una IA puede averiguar si alguien está a punto de cometer un robo, por ejemplo, o si está a punto de producirse una agresión. Todo por el análisis del comportamiento de la gente…
Hay ahora una gran lucha política sobre si estos sistemas de seguridad vulneran o no los derechos y libertades. Porque podría ser el sistema de seguimiento o prevención definitivos… pero a cambio de contar todo lo que haces. Y la tentación de utilizarlo contra el pueblo o rivales políticos es muy tentadora para según que dirigentes…
Atención al cliente: cada vez es más difícil encontrar una persona real cuando queremos hacer alguna gestión con alguna empresa. De momento son sólo eficaces para hacer filtros de llamadas, resolver problemas menores, ahorrar tiempo de sueldo de los empleados… pero cada vez hay más sistemas capaces de charlar como si fueran humanos. No solo el tipico chat de texto, sino que te atienden por voz… y cuesta darse cuenta.
Asistentes personales: es un derivado del anterior. Piensa en Siri, en Alexa, en Google Now… Los asistentes personales son cada vez más avanzados, capaces de realizar más tareas y de entender más órdenes. Llegará un momento en que todos tendremos en nuestro smartphone a nuestro mejor amigo, capaz de charlar con nosotros como si de un compañero humano se tratara.
Economía y marketing: patrones, patrones y más patrones. ¿Qué necesita la gente? ¿Cuál es la tendencia de esta temporada? ¿Qué es lo que puede necesitar la gente si sucede tal cosa? ¿Cómo fidelizar clientes? Las herramientas de análisis de comportamiento del usuario sabrán lo que necesitas mucho antes de que sepas que lo necesitas.
Y en el juego de la bolsa es mucho peor. Ahora hay programas de IA a los que, literalmente, puedes decirle que quieres ganar un millón de euros a partir de los quinientos mil que tienes invertidos… y lo hace. Compra tal acción, la vende en el momento oportuno, se espera hasta la millonésima de segundo y ya tienes tu millón de euros a final de semana como pediste. Obviamente no son infalibles. Pero cada vez son más eficaces. Hasta el punto de que los grandes inversores han comprado los edificios más cercanos a los de cada mercado bursátil para que el tiempo que tarda en llegar la información sea aún más rápido. Y hablamos de milésimas de segundos. Porque en ese tiempo tan inmediato, una IA de la competencia te podría hacer mucho daño…
¿El peligro de estos sistemas? La IA sólo obedece órdenes y es buena en una sóla tarea. Y en los sistemas actuales aún debe ser controlada por humanos, porque le da igual destruir economías enteras de países para poder conseguir el objetivo que le has marcado. Y eso no es bueno para el futuro. Pero la IA aún no lo sabe, porque no distingue un éxito de un fracaso. Sólo cumple órdenes.
Hay muchos ejemplos más de aplicaciones diarias de la IA que están cambiado nuestra vida diaria. Y eso que aún no hemos salido de los primeros pasitos de bebé en esta tecnología. Imagina qué ocurrirá cuando tengamos una IA de verdad…
No, no puedes.
Algunas películas interesantes sobre Inteligencia Artificial
Por supuesto hay muchas películas que han utilizado algún tipo de máquina con IA. Voy a recomendarte algunas de las que me parecen más interesantes. Empecemos con los clásicos…
Apuesto a que si preguntamos sobre la primera película que habló sobre la IA la mayoría respondería que 2001, una odisea en el espacio (Stanley Kubrick, 1968). Es una de esas películas que han marcado un punto de inflexión en la historia del cine. No sólo es visualmente impactante sino que aborda la ciencia ficción con un gran realismo científico. Todo el mundo puede recordar esa IA llamada HAL-9000 que decide por su cuenta qué es lo mejor para concluir la misión con éxito…
Sin embargo, la primera película que abordó el tema fue Metrópolis (Fritz Lang, 1927). Me fascina que en los primeros años del cine se tuviera la capacidad suficiente como para hacer una película así. Robots autónomos seductores, nuevas formas de sociedad y lucha de clases. Y todo en cine mudo. Está completa en Youtube:
En THX 1138 (1971), George Lucas también jugó con las consecuencias sociales de la IA aplicada a la seguridad en un futuro distópico. Y mantuvo su interés en estos sistemas en Star Wars. Los robots con IA más famosos de la historia son sin duda R2D2 y su inseparable C3PO.
Los replicantes de Blade Runner (Ridley Scott, 1982) son también un buen ejemplo de máquinas autónomas con mejores habilidades que los humanos. Lo único que les diferenciaba de los humanos eran las emociones. Aunque eran buenos simulándolas, tras un test físico se notaba que no las sentían «de verdad». Nos dejaba de forma melancólica la pregunta filosófica: si una máquina es igual a un humano… ¿qué nos diferencia?
En Terminator (James Cameron, 1984) y sus secuelas, se relata el lado más pesimista de la IA. La IA ha decidido que los humanos deben desaparecer. Hasta el punto de mandar al pasado a uno de sus robots autónomos para matar al líder de la resistencia futura.
Siguiendo con las visiones pesimistas, The Matrix terminó el siglo con una mezcla de filosofía, acción y efectos especiales espectaculares. En esta película, la IA no sólo fue capaz de ser superior a un humano, sino que lo mantiene esclavizado en un mundo de realidad virtual. Una historia que desafía la misma realidad que nos rodea.
Una película más reciente sobre Inteligencia Artificial, bastante accesible y entretenida por la naturalidad con la que aborda el tema, es Her (Spike Jonze, 2013). En esta película se muestra una inteligencia artificial en sus inicios, enfocada sólo a aprender sobre las necesidades del ser humano para poder satisfacerlas. Theodore (Joaquin Phoenix) es un hombre solitario que decide comprar un sistema operativo nuevo con inteligencia artificial (que se presenta con el nombre de Samantha). Prácticamente, la única persona con la que se relaciona es Samantha y ella trata siempre de aprender todo lo posible sobre él para comprenderle y ayudarle en todo lo que pueda. Por supuesto, Theodore no tarda mucho en estar perdidamente enamorado de ella. Me gusta mucho cómo evolucionan ambos personajes mientras se conocen mutuamente. Y en especial, cómo evoluciona Samantha y las decisiones que va tomando.
Ex Machina (Alex Garland, 2014) es otra aproximación reciente a este tema. Un poco más compleja y oscura. Caleb es un programador de una gran multinacional que es invitado por sorpresa a tener un encuentro en la mansión del jefe. Allí le muestra su último avance, una robot con forma femenina muy realista y dotada de una IA similar a la de los humanos. La trama gira alrededor de las impresiones del protagonista ¿hay alguna diferencia con un humano si ambos piensan de la misma forma y tienen conciencia?
Un futuro apasionante
Personalmente formo parte de los optimistas, la Inteligencia Artificial será algo beneficioso que mejorará el mundo en el que vivimos. Y a nosotros mismos. Mejoras en medicina, en comunicación, en ecología, en economía… Me gusta pensar en un mundo similar al de Star Trek en el que todas las necesidades están cubiertas gracias a la optimización de recursos y la producción eficaz que nos proporcionará la IA. No sólo no seremos despreciados por la IA, sino que nos fusionaremos con ella, ampliando nuestras capacidades.
En el peor de los casos de mi optimismo, la Inteligencia Artificial que decida dominar el mundo nos mantendrá como animales que también querrá proteger para mantener el ecosistema. Cuidados, mimados, con las necesidades cubiertas. Como harías con cualquier mascota.