La saga «Destino Final» nunca me ha fallado si lo que busco es entretenimiento sin complicaciones. Es una fórmula que conozco y que funciona: un grupo de gente sobrevive a un accidente, la Muerte no se lo toma bien y empieza a eliminarlos uno a uno con muertes ingeniosas y aparatosas. La mezcla de comedia negra y gore suele ser una apuesta segura conmigo.
«Lazos de Sangre» intenta cambiar las reglas del juego, y es ahí donde creo que falla. La idea de que la Muerte persiga a los descendientes de un superviviente de hace décadas complica innecesariamente la fórmula cuya gracia estaba, precisamente, en su simplicidad. Al final, ese intento de ser original se siente forzado y resta más de lo que suma al esquema de la saga.
Pero más allá de ese cambio de concepto, la película comete al final uno de esos fallos de guion que me parecen imperdonables: la moneda. Sin entrar en espoilers, y para que lo entiendan solo los que la han visto, el espectador conoce todo lo que ha ocurrido con la moneda, pero la protagonista no. Así que su reacción no tiene sentido. Es un detalle tonto que le da un pésimo broche final. Pero bueno, solo les molestará a los que se den cuenta de ese pequeño detalle.
¿Es entretenida para pasar el rato? Sí, porque las muertes siguen siendo creativas y mantiene ese toque macabro de la saga. Sin embargo, es una entrega totalmente olvidable. Un experimento fallido que, por querer ser diferente, se olvida de lo que hacía funcionar a las demás.
